sábado, 4 de junio de 2011

Abrir Mente y Ser, Luego leer.



Abrir Mente.Y Ser. Luego, Leer.

Ser puro, pulcro y puero Martin. Ser pleno, templar y grácil. Ser mutuo, fino y beodo de magia. Ser mago, exótico y paradero. Ser, Martin. Ser esencia, decisión y ánfora; ser sangre con la herida que acude en el momento, sin llamado. Ser uña, barco y arena; ser sartal, vaharada u orgía de eso. Ser mano, ser cosas, Martin. Ser mundo, pero aspirar ser universo; ser cúmulo y cerrojo. Ser quicio. Ser rubí, tomate y manzanas ¿entendés? Ser latido, lastre y laguna; Ser goleta eximida en éxodo y ser oxígeno. Martin, hay que ser, hay que ser rueda, pulpo y silla. Ser pintura y sombreado, ser planta. Hay que ser pinar, hechizo y chocolate; ser agua, ser marea. Hay que ser diáfano, ser emboque. Ser fasto, raíz, felpa y pupo. Hay que ser gota Martin, lágrima. Ser tintero, ser licor, sahumerio y varita. Ser lecho, Martin; ser nicho, listón y falseta. También hay que ser postre che, hay que probar ser boya y ser estrella; ser cueva y pasto; motor. Ser idílico, ser néctar. Hay que ser hongo, ser metáfora. Ser sentido, ser sonrisa y también, ser ceniza. Ser cascada, ser lumbre, ser resorte, ser duende... Martin.

Ojo Martin, que también hay que no ser. No hay que ser pistola, ni cemento. Ni nudo, ni tecla, ni moneda. No hay que ser serie, ni réplica. Mucho menos robo. No hay que ser ni vastedad ni punto. Ni modorra, ni piedra, ni patíbulo de ideas. No Martin, no hay que ser ni detalle ni aflicción. Tampoco paliativo ni veleidad. Si uno es tupido y soporte, termina hilando y endilgando royos, Martin. No hay que ser carrera ni repetición. No hay que ser imagen; no hay que ser antena, ni enchufe; ni sal ni condimento. No hay que ser talco, Martin, ni tampoco cartelera. Ni clavo, ni pixel y para nada lacayo. Ni termo, ni portal. Hay que pensar Martin, en no ser herramienta ni programa. No hay que ser ni coraza ni gelatina. No hay que ser deshojo ni oráculo. Es feo ser oscilación, no hay que serlo, Martin; como tampoco hay que ser mascara, ni virtud férrea. No hay que ser implosión, ni plomo. Ni panal, ni aceite, ni boga. No hay que ser cactus nunca, ni tampoco aparato. No hay que ser corneta, ni tampoco cortina. Ni menguado ni tapa ni martillo. Cuidado con ser cigarro o alfiler Martin, no hay que serlo.

Eso creo.

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