Abrir Mente.Y Ser. Luego, Leer.
Ser puro, pulcro y puero Martin. Ser pleno, templar y grácil. Ser mutuo,
fino y beodo de magia. Ser mago, exótico y paradero. Ser, Martin. Ser esencia,
decisión y ánfora; ser sangre con la herida que acude en el momento, sin
llamado. Ser uña, barco y arena; ser sartal, vaharada u orgía de eso. Ser mano,
ser cosas, Martin. Ser mundo, pero aspirar ser universo; ser cúmulo y cerrojo.
Ser quicio. Ser rubí, tomate y manzanas ¿entendés? Ser latido, lastre y laguna;
Ser goleta eximida en éxodo y ser oxígeno. Martin, hay que ser, hay que ser
rueda, pulpo y silla. Ser pintura y sombreado, ser planta. Hay que ser pinar,
hechizo y chocolate; ser agua, ser marea. Hay que ser diáfano, ser emboque. Ser
fasto, raíz, felpa y pupo. Hay que ser gota Martin, lágrima. Ser tintero, ser
licor, sahumerio y varita. Ser lecho, Martin; ser nicho, listón y falseta.
También hay que ser postre che, hay que probar ser boya y ser estrella; ser
cueva y pasto; motor. Ser idílico, ser néctar. Hay que ser hongo, ser metáfora.
Ser sentido, ser sonrisa y también, ser ceniza. Ser cascada, ser lumbre, ser
resorte, ser duende... Martin.
Ojo Martin, que también hay que no ser. No hay que ser pistola, ni cemento.
Ni nudo, ni tecla, ni moneda. No hay que ser serie, ni réplica. Mucho menos
robo. No hay que ser ni vastedad ni punto. Ni modorra, ni piedra, ni patíbulo
de ideas. No Martin, no hay que ser ni detalle ni aflicción. Tampoco paliativo
ni veleidad. Si uno es tupido y soporte, termina hilando y endilgando royos,
Martin. No hay que ser carrera ni repetición. No hay que ser imagen; no hay que
ser antena, ni enchufe; ni sal ni condimento. No hay que ser talco, Martin, ni
tampoco cartelera. Ni clavo, ni pixel y para nada lacayo. Ni termo, ni portal.
Hay que pensar Martin, en no ser herramienta ni programa. No hay que ser ni
coraza ni gelatina. No hay que ser deshojo ni oráculo. Es feo ser oscilación,
no hay que serlo, Martin; como tampoco hay que ser mascara, ni virtud férrea. No
hay que ser implosión, ni plomo. Ni panal, ni aceite, ni boga. No hay que ser
cactus nunca, ni tampoco aparato. No hay que ser corneta, ni tampoco cortina.
Ni menguado ni tapa ni martillo. Cuidado con ser cigarro o alfiler Martin, no
hay que serlo.
Eso creo.
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